Un informe exhaustivo sobre la casa de Gran Hermano reveló los trucos para filmar sin ser vistos, cómo se decide qué historias interesan más y la forma en que el canal maneja a los participantes incluso luego de dejar la casa.
La revista Noticias no pudo evitar el tema que está en boca de todos los argentinos. Más allá de marchas docentes, puentes cortados y aniversarios de guerras. Allá, como acá, se habla de Gran Hermano.
En la nota se describe el "mirador". El túnel que rodea la casa y por el que se mueven cinco camarógrafos vestidos con capas negras, para que no puedan ser vistos a través de las ventanas tramposas. Lo llaman "el pasillo negro" y tiene menos de un metro de ancho. El tedio los lleva a tomar descansos cada dos horas.
El sistema nervioso de Gran Hermano tiene su cerebro en el control central, donde dos equipos funcionan simultáneamente. El "Stream 1" sigue la acción principal de la casa y se emite por cable e internet, mientras que el "Stream 2" monitorea situaciones secundarias.
También hay un asistente de guionistas, alerta por si surgen circunstancias que merezcan la pena ser atendidas. Catalogan situaciones y toman nota el horario en el que ocurren. Pero si la cosa se pone demasiado buena, la transmisión se interrumpe, porque los platos fuertes se reservan para la gala, los especiales y los debates.
Tres islas de edición reciben los registros y producen los segmentos. Diariamente se reúnen la productora ejecutiva, el editor de historias y Jorge Rial para revisar los temas más rendidores del día.
La voz de Gran Hermano es otro de los misterios de la casa. El rumor dice que pertenece a Rodolfo Valss, un ex coach de Operación Triunfo. Trabaja en el turno vespertino, pero si entran al confesionario en otro momento, los atiende el guionista principal de turno, intentando impostar una voz sobria.
Además de las charlas con la Voz, en el confesionario se llevan a cabo las charlas entre los participantes y los psicólogos, que en atención al secreto profesional se preservan. También asesoran a las familias para ayudar a la reinserción social de los jugadores.
Desde el anonimato, un ex participante tiene críticas al respecto. "Los psicólogos no trabajan para nosotros. Trabajan para el canal. Más de uno no estaba apto para entrar y nos metieron igual porque servíamos".
Unas 50.000 personas participaron de los llamados para seleccionar a los 18 participantes de la cuarta edición argentina del programa. Los finalistas debieron pasar entrevistas, pruebas de cámaras, baile, esperar durante horas un vaso de agua, conversar con psicólogos y llenar formularios.
Por último, firman un contrato donde el canal asegura que hará el esfuerzo por promover la carrera artística de los participantes. Estos reciben 1.500 pesos argentinos por semana, y 200 luego de ser eliminados.
Telefé ejerce la representación artística, quedándose con el 30% de sus ganancias durante dos años, y los asesora en sus participaciones luego de la casa, como apariciones en boliches, reportajes y rondas relevisivas.
El canal recauda más de 1.500.000 de pesos argentinos mensuales por las votaciones del público, unas 500.000 llamadas semanales. El disco oficial ya es Platino, con 40.000 placas vendidas.
Con respecto a si el programa está arreglado o no, varios participantes de ciclos anteriores coinciden: "no te obligan a nada y es mentira que el ganador esté arreglado". "El tema es que si tu historia interesa, te van dando una mano en la edición".
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