lunes, 5 de febrero de 2007

Melisa volvera con Sergio Denis ?

En un kiosco de la calle Anchorena, el vuelto se demora. La dueña mira la televisión ubicada a un costado del mostrador, y menea la cabeza.

Toda su atención está concentrada en la imagen de Chiche Gelblung, quien en ese momento explica: “Melisa está enamorada de Sergio Denis desde que tenía ocho años”. La señora no parece estar muy conforme con este comentario, escupe un “¡ja!” y entrega las esperadas monedas con cierta ofuscación.

A tres cuadras de ahí, en el cuarto de un hotel-boutique, Chiche Gelblung suma otra espectadora, más sonriente. Mientras la maquillan para la producción, Melisa Durán (22) escucha hablar de su vida a las panelistas y al conductor del programa.

No se ruboriza ni se conmueve ante ciertas menciones de lo que hasta hace pocos días podía definir como “su intimidad”. En la tele, alguien dice: “Tuvo su primera relación sexual con el cantante cuando ya habían pasado dos meses de noviazgo”; en el cuarto, ella asiente y explica a quienes la rodean: “Lo que pasa es que él andaba todo el tiempo de gira. Además, yo estaba asustada”. Hace pocos días que Melisa Durán salió de la casa de “Gran Hermano”, donde se hizo conocida para el público como “la novia de Sergio Denis”. Su estadía fue muy breve, estuvo signada por una escena que vivió bajo las sábanas de su cama con Gabriel Lagos, otro de los participantes de la cuarta edición.

Ella dijo que “no había pasado nada”, pero la versión de él fue diferente. Con un gesto más contundente que el de la señora del kiosco, los otros integrantes de “Gran Hermano” y el público reprobaron el episodio: Melisa fue nominada por 10 de sus 16 compañeros para ser expulsada y abandonó la casa por el 80,4% de votos de los espectadores. De nada valieron las escenas donde se la vio llorando, aferrada a la foto de Sergio Denis (57), a quien le contaba lo mucho que lo quería y extrañaba.

Tal como se enteró una vez que quedó fuera del programa, la gente ya la había calificado como “infiel y traidora”. No fue la única desilusión para la estudiante de teatro; un día después de haber quedado fuera del juego escuchó por televisión que el cantante explicaba: “Mi relación con Melisa ya es historia, hace ocho meses que la pareja no funcionaba bien. No puedo reprocharle nada porque yo también fui infiel en su momento, tuve otras amigas mientras estuve con ella. No me sentaría con ella a tomar un café, porque no tenemos nada de qué hablar. Entre nosotros está todo completamente terminado”.

Luego de la salida de la casa, Melisa inició un arduo raid mediático donde intentó doblegar el oprobio que se cernía sobre ella. A punto de iniciar la producción para CARAS, está atenta a una encuesta realizada por un programa televisivo, donde el público dará su voto de apoyo a Denis o a ella . Como en muchos otros ciclos, los conductores debaten sobre la infidelidad femenina. “Me están dando con un caño”, comenta sin demasiada aflicción. Finalmente, la ex “Gran Hermano” obtiene varios votos más que el cantante. “Buenísimo”, dice.

—Sin embargo, perdió la posibilidad de ganar cien mil pesos, y parece que también un noviazgo...

—Cuando me anoté para “Gran Hermano” no pensé en el dinero. Fue mi mamá la que me recordó lo de la famosa valija con el premio. Estudio teatro desde hace muchos años, una tarde me metí en Internet para buscar castings, y salió lo del programa. Como haría cualquiera que tenga aspiraciones en este medio, me anoté. Sergio me apoyó porque era importante en mi carrera; el programa abre posibilidades laborales.

—¿Y no charlaron sobre las otras posibilidades que se presentan dentro de la casa?

—Sí. Sí, desde un primer momento él me dijo: “Ojo, va a ver gente de tu edad y vas a sentir cosas por esos chicos. Aunque nuestra relación es hermosa, vas a hacer cosas con ellos que conmigo no hacés. Como tienen una edad paralela, habrá juegos”. Yo le pedí que no pensara en eso. “Por más que digas que sos fuerte, hay cosas que pasan. En mis 37 años de carrera estuve muy expuesto; no hay una cosa que te motiva a hacer desastres, son miles. Vas a estar encerrada y tener necesidad de un abrazo que yo no voy a poder darte”, me insistía. Tenía tal convicción que un día me largué a llorar y le rogué que no siguiera diciendo esas cosas. El me explicó que lo hacía para que me relajara y pudiera jugar tranquila: “Si hacés algo, va a estar todo bien”.

—Cualquiera comete un error de cálculo...

—Es que él tenía razón: extrañé ese abrazo e hice lo que sentía. Pero terminó en un desastre, y ahora tendré que dar explicaciones.

—¿Todavía no intentó comunicarse con él?

—Sigo muy mareada, no caí del todo en la realidad. Me resulta raro que me miren, firmar autógrafos, llegar a un lugar y que me señalen...

—¿Es cierto que usted estaba enamorada de él desde los ocho años?

—Desde los seis, en realidad. Si me avisaban que estaba en algún programa, salía corriendo y me pegaba a la tele. En el camino, me llevaba por delante media casa. A los ocho años le dije a mi mamá: “Algún día voy a casarme con él”.

—Y, finalmente, cumplió el sueño de ser la novia de su ídolo. ¿Cómo es que se resigna tan fácilmente a perderlo?

—No, no me resigno, ni siquiera pienso en la posibilidad de perderlo. Cuando salí de “Gran Hermano” él llamó a casa y charló con mi mamá, porque yo estaba en el hotel, sin teléfono. Sergio dijo que me tranquilizara, que él tenía necesidad de hablar conmigo pero, como estaba en la costa, no iba a poder comunicarse.

—¿Cómo?

—No sé... Mi mamá le dijo que yo estaba algo sensible, que me notaba mal. Creo que por ahora soy yo la que quiere evitar un encuentro con él. Veremos qué pasa.

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